jueves, 21 de abril de 2011

Una gran clásica por la zona media y ribera

Como sé que hay gente ansiosa y temerosa por la pérfida pluma de este escribano, sacrifico mi siesta para que todos tengáis cuanto antes la crónica del día.

La ruta prevista para el día de hoy según el calendario hebreo colgado en la página, estaba circunscrita a una ruta a modo de clásica, es decir, predominancia del llaneo y repecheo con dos tachuelas (aunque para algunos fueron verdaderos clavos) que se harían a ritmo vivo y a veces exigente.

De salida cinco betones de cartel, el Gladiador, el Titán, Pirolín Escalador, el Lince y el Letrado. Este grupo se vió gratamente complementado por tres TGCs, Angel "El Dicharachero", Joselín "El hombre de la cafetería" y Joselo Slechk. Después se nos unirían dos sufridos más, un betón, el Caimán y Alvaro "El invariable", del TGC.

De salida, camino de Rincón de Soto el aire no molesta, cosa que deduzco por el largo rato que pasan delante el Lince y el Titán, quienes imponen un ritmo bastante llevadero, acorde con su fuerza y potencia, cuando el ritmo se relaja demasiado toma las riendas del grupo Pirolín Escalador, quien a pesar de no estar en su terreno, impone un rodar más exigente.

Aquí se produce la escisión del grupo, dos TGCs (no podían ser otros), se separan del pelotón con la finalidad de no ascender la cota puntuable que se avecinaba. No podemos dar sus nombres pero uno de ellos me debe un café.

Poco a poco vamos pasando otros lugares, Azagra, San Adrian, para hacer frente al primer repecho serio de la jornada, el Muro de Huy, 1.500 metros de importante desnivel, constante, que axfisia las piernas por el ritmo alto impuesto desde abajo por los escaladores natos. Cada cual hizo lo que pudo pero en este muro sorprende la progresión de Angel "El Dicharachero", que sube junto con el terceto formado por el Pirolín Escalador, el Caimán y el Letrado. También, aunque torciéndose como si sufriera un cólico, entra en el grupo el Titán, haciendo un sofreesfuerzo que sin duda marcaría ya su devenir en la etapa.

Seguimos a ritmo alto (todo el que se puede cuando se lleva algo de lastre) y nos acercamos a la localidad de Funes, previo paso por Peralta. En la localidad antes citada se encuentra la segunda chincheta de la jornada, el denominado Alto de Funes. Desde abajo se pone un ritmo constante, sostenido, exigente por parte de un escalador nato como es Pirolín Escalador, sigue su rueda el Letrado y agazapado cual es su costumbre, El Caimán para dar el mordisco final.

Se llega a una rotonda después de ascender durante 1.000 metros aprox., en esa zona el letrado debe aplicar alguna maraña aprendida en su día del Lince, pero debe quedar claro que sus compañeros de fuga no iban sobrados (toma castaña), de hecho El Caimán se abstuvo de lanzar ataque alguno, sin duda acusando ya el esfuerzo y el permanente y desafiante aliento en el cogote de los licaones.

Se reagrupa la cosa y nos dirigimos por terreno llano y descendente hacia Milagro. Aquí mando a mi escudero El Caimán a hacer una serie que deja patidifusos a los que le acompañan. El piloto de la bici de Joselo Sleckh echa humo, probablemente esa Orca jamás vió algo semejante nunca.

Siguen cayendo los pueblos y kilómetros, aire molesto, relevos (unos más sinceros que otros) constantes que permiten mantener una velocidad de crucero en torno a 34/35 Km/h. Los TGCs sabían que la etapa era llana, pero como es obvio resulta imposible que sea completamente llana, eso sólo pasa en Arabia Saudita, así que cuando vinieron dos repechos de unos 7 metros cada uno y un desnivel del 0,00000000000001%, los TGCs sucumbieron irremisiblemente.

Espera en Los Abetos para reagrupar a los escindidos. Pensamos que se han desviado de la ruta, que han parado, ect. Se mea, se caga, hasta reñimos con un lugareño que tiene un coche nuevo y al fin, allá en el horizonte, se divisa la figura amontonada y confusa de los tres adeptos que han perdido rueda, llegan exhaustos, no tienen en cuenta las religiosas fechas y se cagan sin cesar en lo divino y lo humano...

Seguimos camino hacia Tudela, por aquello de que al cataplasmas del Titán no se le hace hora de ir a casa. De hecho el vigente código civil ha incluído entre los motivos de divorcio uno nuevo en su apartado d) que es "andar en bici con Don José Joaquín Navascués"Aire molesto y más pueblos, una recta de Arguedas pestosa e interminable pero que a base de relevos, a los que salvo Joselín "el hombre de la cafetería" vamos todos entrando con mayor o menor regularidad, hace que se haga más llevadera, para plantarnos en la ciudad del Ebro.

Para postre el Titán se empeña en subir el repecho de la policía, pensamos todos que haría una exhibición, pero el arranque felino y eléctrico del Pirolín le hicieron desistir de ello y subió en el grupo algo rezagado. El Letrado y el Caimán deciden salir a la caza del Pirolín, que aunque ha cogido unos metros, mantiene un ritmo endiablado hasta casi la cima. Se asciende a ritmo de caza, pero el Letrado que tira, no tiene la colaboración del Caimán hasta que le ordena que pase, lo hace y ya prácticamente arriba llegamos a la altura del Pirolín, que hizo una subida memorable, propia de quien atesora ese pronto que otros como p.ej. El Tiburón convierten siempre en tarde.

De ahí se impone un ritmo de amigos porque la gente va tocada, pero como quiera que el aire empuja gratamente, la velocidad es más que atractiva y nos plantamos en Cintruénigo de manera rápida y entretenida, con algún sufrimiento del Joselín el "hombre de la cafetería", quien sin duda va progresando.

En la zona media del grupo la competencia día a día se le amontona al Titán, que tendrá que ir pensando ya en dar el paso a la cabeza porque en el vagón intermedio ya no se va cabiendo. Muy bien Angel "el dicharachero", (habrá que estar atentos a su fichaje en el próximo draf) y qué decir de nuestro Gladiador, perro como nadie, va poco a poco hasta donde el cuerpo le permita llegar. El Lince ha gozado de lo lindo, un terreno donde se desenvuelve a la perfección y no ha tosido en ningún relevo, los ha dado todos según le iban tocando.

No puedo olvidarme de nuestro Sherpa, que se nos ha unido más tarde porque imagino que le supondrá mucho esfuerzo seguir el ritmo licaón durante toda la jornada (¡sin cabreos eh!).

Al final, 116 kms/h y 34 km/h de media en el rutómetro del Letrado (siempre se miente un poquillo pero los equipos contrarios que entran a la página no se enteran de la mentirijilla).

Mañana Viernes Santo, vuelta a Cigudosa, a ver si contamos con nuestro querido Tiburón, que deje ya de amasar pan y dinero y pase a mejores oficios.

Saludetes.

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