lunes, 18 de abril de 2011

Crónica de una muerte anunciada

Con buen tiempo y a las 08:38 partíamos de La Seta un grupo de cinco guerrilleros de las FARC para hacer el trayecto por el que transcurrirá la primera etapa de la Vuelta a Navarra Máster a disputar los primeros días de junio. De salida El Titán, El Gladiador, El Letrado, El Tiburón y Sergio El Alevín del Somero. En Cascante se nos uniría El Caimán y los seis hicimos el recorrido previsto. De salida aire de cara, lo que se traduce en dejarle la manija al Tiburón para que nos ponga un ritmo que detrás se lleva muy bien, sin sufrimiento, de tránsito. El ritmo es bastante flojete, la noche ha sido larga al parecer en la morada del Tiburón, donde junto con un cachalotre de Alfaro se metieron, entre otras viandas, un bocadillo cuyo corrusco aún le salía por las orejas al escualo. De Cascante a Tarazona quitamos al pez de la cabeza y nos ponemos a tirar de manera ya más destacada. El Titán, fiel a su estilo en los últimos tiempo, no aparece por la cabeza, el Gladiador bastante tiene (y mérito que es) con seguir el ritmo, osea QUE IMAGINAD QUIEN TIRA. La primera parte de la subida a La Nava se hace a un ritmo endiablado, casi a 40 km/h (habéis leído bien TGC), enfilando a continuación el pueblo de Torrellas, donde el Tiburón recibe algunas lecciones acerca de la colocación y esas cosas... Afrontamos el duro repecho del Val y pronto se marchan por delante el Tiburón, el Letrado y El Caimán (aquí ya el Álevín del Somero, quien tiene prohibidas las subidas, empezó a cagarse en algunos muertos) quienes harían cima juntitos, sin reñir. El Caimán comienza a sudar de manera ya acusada, lo cual denota que la noche previa le ha tocado plancha y no ha podido descansar. Por detrás el Titán intenta dar caza pero como hombre de fondo, hubiera necesitado otros 15 km de subida más o menos para cazar, cosa que en este caso no ocurre. Enfilamos tras la rotonda la subida a Agramonte por la localidad de San Martín, una subida dura, sólo apta para hombres como Pirolín o el Tres Tres, una pendiente más que generosa donde El Caimán sufre sobre el hierro pero sobre todo sufre porque ve que va acompañado de tres licaones que en cualquier momento pueden jugársela. En esas el Titán hace la goma que estira y estira pero ahí sigue el hombre, el Tiburón se da cuenta y pone un punto más para cavar la tumba del Titán que pasó de hacer la goma a ser pasto de los buitres. Los tres componentes hoyan la cima exhaustos y esperan al reagrupamiento. El Alevín del Somero tiene un pleito con el Letrado porque éste la víspera le había dicho que casi no había subidas. Encaramos la bajada a Borja previo paso por Vera de Moncayo. En la bajada lo típico, el Tiburón que baja a tumba abierta, el Gladiador que frena más que el camión del Banzo, ect, ect. El recorrido hasta Borja se hizo duro por el aire (para algunos no porque no existieron) y por la carretera que se agarraba más que el Tiburón al vino. Comenzamos la subida al Buste con ese primer repecho demoledor donde ya lo pasan mal los habituales, ponemos un ritmo tranquilo para que al Gladiador y el Alevín del Somero entren al grupo, pero a medio puerto El Tiburón no se aguanta y mete ese medio punto que hace que la fruta madura caiga por su peso. Arriba El Tiburón, El Caimán (seriamente tocado) y el El Letrado esperan al resto. El Titán nos manifiesta su buen estado y alega que el motivo de su rajada en la cuesta lo ha sido porque "se me ha caído la puta bomba". En fin, nunca antes habíamos asistido a este tipo de excusas, el manual es infinito... De bajada prometemos al Alevín del Somero que ya no había más subidas, aunque quedaba el repecho de las basuras que se pasó sin pena ni gloria, al final del mismo ritmo muy duro del Caimán que quiere imponer su impronta y lanza su típico ataque al que responde el Letrado quien pica cima a media bicicleta del Caimán. El Letrado ve cómo el Tiburón sigue sin entrar a este tipo de ataques, en este caso sabemos que iba a ya tocado (toma esa), pero su rapidez en la reacción no es su fuerte. El Caimán observa sorprendido como un licaón le sigue en el sprint. Y ¡ojo!, si llega a estar Pirolín, sobrepasa seguro al Caimán, que daba sus últimos y agónicos coletazos. Sin su guardia pretoriana El Caimán desciende claramente a lagarto. Iba a comenzar a narrar la bajada pero se me olvidaba el trance más importante del día, la aparición del divino por excelencia, del recortador por antonomasia, del hombre de la rueda, el incombustible e intratable Lince del Asfalto. Lo divisamos allí, a lo lejos, en el cabezo de las basuras, justo en la parte más alta (que casualidad), su estilizada y frágil silueta es inconfundible, exactamente en el lugar que el Letrado había pronosticado. Todos juntos para abajo, suenan ya los móviles de las parientes, la cerveza está puesta a enfriar y entran las prisas. El Letrado mueve el cotarro y pide colaboración, pero no la tiene, la gente va tocada y no tiene prisa (o parienta). El Caimán echa una mano y hace una serie prodigiosa pero que no sirve para salvar su pobre imagen en la etapa. De Cascante a casa con aire de culo pero ritmo duro en "la carreterilla". El Tiburón toma la manija y exprime las posibilidades, la gente sufre, coletea, se levanta, hasta que se hace la voz en el fondo del grupo ¡ya vale hostia!, más o menos cuándo estaba establecido. Se afloja el ritmo para evitar una escabechina, el Tiburón sin inmutarse pasa a mejor vida en la cafetería y el Lince del Asfalto, fresco como una lechuga, pone un ritmo más acorde con la situación de zozobra que se vive en el pelotón. Llegamos a Cintruénido todavía dando guerra en la recta de La Nava para hacer una media en el rutómetro del Letrado de 31,6 km/h. Las consecuencias de la etapa serán duras en la tarde del domingo. El Alevín del Somero no responde a las llamadas de la novia, El Tiburón dicen se metió a la cama sin comer, El Caimán tumbose en el sillón y todavía anda la parienta despertándole, al Titán lo ha rescatado esta mañana el Vidal y le ha dicho que si no le daba trabajo de oficina en el trujal, no iba. Por contra, al Letrado lo vieron a las 13:20 horas en los Paseos agarrado a una jarra de cerveza y al Gladiador pescando madrillas en el río nada más comenzar la tarde. Que cada uno saque sus conclusiones. Nos vemos. Ahora vienen muchos días de fiesta, a ver si la gente afina y anda en bicicleta. Saludetes.

5 comentarios:

  1. Al igual que la prensa esto empieza a estar manipulado por parte de los licaones, los juveniles estamos sufriendo un trato indiscriminado e injusto, tan solo por aparecer, machacar y desaparecer. Pronto habrá venganza....

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  2. El comentario anterior es erróneo, los juveniles ni aparecen, ni machacan. Lo único cierto es que desaparecen, o bien no andan o bien cuando lo hacen no se les ve, esto me suena a un licaón llamado El Lince del Asfalto.

    Así que nada de trato injusto, los licaones son superiores en número, en sacrificio y en astucia.

    Pirolín, apoya la causa.

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  3. Letrado estás que te sales en tus crónicas.
    Pero no machaques tanto a los juveniles que son el futuro del equipo y pronto vas a tener respuesta en el asfalto, ya prometen venganza...
    Que tal si preparamos un Via Crucix, en forma de etapa para el Jueves Santo.

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  4. bueno no me creo todo lo que se dice, ya que se de buena tinta que los juveniles dan mucho mas de si que esos viejo alicaones.
    tambien hay que decir que caiman ,sin escudero que le pone la marcha en la que deja a todos esos viejos de rueda, tiene que hacerse todo solo y eso le cuesta, ademas de que no entrena debidamente por la ausencia de su escudero jejeje.

    el dia que vuelva vais a tener que pedir clemencia.

    ahhh se me olvidaba, ya mande mis amenazas con el titan.

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