Foto: Aran Orruño
Foto: Eva Trillo
La añeja localidad aragonesa era la cita que la camada de master tenía en el calendario el pasado domingo abrileño para disputar por primera vez y muy bien organizado, el Trofeo Luis Rodríguez. La carrera consistía en un circuito muy bien trazado, con un par de exigentes repechos y correspondientes descensos y por el que se transitaba en siete ocasiones, haciendo un total de 75 kms. Carrera por tanto más corta de los kilometrajes habituales, pero no por ello menos nerviosa o emocionante.
Nos damos cita unos 100 corredores de los que 80 llegaron a meta, en una mañana bastanta apacible para lo que estamos teniendo climatológicamente hablando en las últimas fechas, viento no muy intenso pero molesto en una parte del recorrido y nubes y claros, con sol por momentos que era de agradecer.
Objetivos de la banda, mantener los lideratos de la Copa en Máster 40 con Félix y en Master 50 con Gerardo. Primera decepción, el Gran Gerardo, a quien desde aquí mandamos nuestro apoyo para su pronta recuperación, no comparece por una lesión en el hombro provocada por una caída. Insistimos en nuestros mejores deseos de una pronta y total recuperación y Gerardo, ¡no quemes el rodilllo!
Así las cosas nuestro objetivo se reduce un 50%. Además intentaremos meternos lo más adelante posible en el sprint.
La carrera transcurre como se prevée, dada la naturaleza del trazado. Constantes latigazos de la gente que se quiere ir sola, constantes escaramuzas, pequeñas escapadas, ect, en las que vamos a destacar al amigo Chano, hiperactivo durante todo el día, pero cuando el gran grupo dice no, es que no. Ayer no era el día para escapadas, no había terreno para ello y el aire molestaba lo suficiente como para que alguien pudiera escaparse, por muy galgo que fuera.
La media de 44 km/h dice bien a las claras que hacer y mantener una escapada era prácticamente imposible.
Pero sí hubo dos que hicieron trabajar y de que manera a la banda. Una primera protagonizada por Catalán junto con otros dos corredores. La manada Beton se percata enseguida de la peligrosidad de la misma y pone a tirar a Rubén Juan y Horna, dos auténticos llaneadores de postín. El resto del equipo permanece al tanto por si su intervención es necesaria, pero pronto Catalán cede en el empeño ante el empuje de la parroquia betoniana.
La segunda escapada era más peligrosa, si cabe y ello dado por dos motivos, era en la antesala del sprint final, y porque a Catalán le acompañaba nada menos que el amigo Arnal, a la postre vencedor de la prueba.
Desde el coche el director técnico toca arrebato. La escapada era sin duda la buena, son dos de los hombres más fuertes del pelotón máster y les quedan apenas 15 kms para terminar la carrera. Habían cogido 50 segundos y esta vez no nos iba a servir sólo con dos componentes, había que aunar esfuerzos.
El equipo, a bloque, se propne echar abajo la escapada, todos toman la manija del gran grupo en una exhibición de persecución y relevos por encima de los 50 km/h sólo comparable hasta la fecha a la protagonizada por Goerna el día de Santa Isabel. Pero con una diferencia determinante, aquel día el equipo tudelano no pudo acabar con la escapada en la que teníamos a Félix, mientras que Beton sí lo hizo en la carrera que está siendo narrada.
Costó lo suyo, todos los miembros del equipo pasaban sincronizados, incluso el coequipier Simón, pasó en dos ocasiones a la cabeza del grupo para colaborar co el expreso de Chicago en la ardua tarea.
Pablo indica a Félix que no pase al relevo, la cuestión era que él llegara fresco al sprint final y el trabajo lo hace el resto del equipo, pero la escapada se resiste, la distancia se va aminorando pero muy despacio. Sacamos la calculadora y hacemos un sencillo ejercicio de esos que nos enseñaron en la escuela, velocidad partido por tiempo..., y vemos como vamos a andar un poco justos en la cacería. Pablo saca nuevamente su manual negociador que lleva en el maillot junto a los geles y entabla contactos con el amigo Cera, quien a cambio de un café y de no dejarle tirado por el Moncayo cuando viene a entrenar, accede a echar un cable y nos hace un par de relevos antológicos.
La situación, con la adrenalina alta, hace que entren a colaborar dos Kapelmuur (esta vez creo que lo he puesto bien), ellos también ven que la escapada se está viniendo abajo y quieren dejarse ver. Sería la puntilla para los escapados, que ven como son absorvidos por el grupo a falta de 5 kms para la meta.
En pleno repecho todavía Félix debe hacer un último esfuerzo para empalmar, el equipo había quemado sus naves, estaba exhausto y se trata ya sólo de llegar en el grupo. Se sufre en el repecho y en el siguiente, las piernas se resienten, se sufre de lo lindo, hay que taparse porque ahí el aire entra de cara, y a base de morder el manillar logramos mantener una posición digna en el grupo en la cima de ambos accidentes geográficos.
Quedaba la bajada, rotonda, pequeña subida y bajada a meta.
El equipo está cansado y ya disuelto, no podemos hacer el sprint como nos hubiera gustado, porque además era una llegada para hacer en equipo, bajada, con aire de culo..., pero no pudo ser, la gente empuja mucho y todo el mundo quiere estar delante.
Félix debe buscarse la vida él solito y lo hace, los demás como podemos, tomamos posiciones con mucho esfuerzo por el cansancio acumulado.
La llegada es peligrosa y como todas, un poco lotería en la que siempre tiene más boletos el sprinter nato como el ganador de la prueba, Dani Arnal, que suma su segunda victoria consecutiva después de Cella.
Félix no coje su rueda, que era la buena, y es superado por Catalán que a su vez había cojido la rueda de Félix, quien en una mala trazada de las curvas queda expuesto al viento y no puede rematar. Entre Catalán y Félix se nos mete Luis García, del Utebo, otro galgo a tener en cuenta, y aun Pablo logró hacer cuarto de la categoría y 15 de la carrera. Muy bien también Simón, que hizo octavo de la categoría.
Así las cosas, por razones extra deportivas, tendremos que despedirnos de la Copa de Máster 50, pero habrá que seguir luchando por la de 40, dónde Felíx es segundo a dos puntos del primero y Pablo quinto, a sólo un punto del cuarto.
Pero independientemente de las clasificaciones lo mejor del día fue la disposisición y trabajo de la banda, sin duda el equipo más activo de la jornada, que ya vela armas para la siguiente de feria que nos llevará el día 13 de mayo a la carrera de San Mateo de Gállego, con la subida al puerto de Alcubierre. Eso será otro cantar, pero haremos lo que podamos.
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