domingo, 9 de enero de 2011

DOMINGO.


Otro día para olvidar. Amanecía lloviendo y como es habitual en estos casos, los amantes del ciclismo, los forofos del asfalto (excluyo por tanto cualquier vestigio del TGC), dudamos entre aventurarnos a la carretera o "sufrir" otras actividades propias de un marido y padre sin nada que hacer un domingo por la mañana.

Así que en el caso de este redactor, y a sabiendas de que ya había amantes de la bici por ahí, cogí el coche hasta la Panadería Sesma y, tras comprobar que había sol, bajé la borrica y me junté con ¡Oh sorpresa! un TGC (Rai el Bárbaro) y algún otro ciclopedalista de Tudela.

Subimos hasta La Meseta (sólo Rai el Bárbaro y el letrado de La Camerta), al ritmo del primero, lo cual nos permitió apreciar con sorprendente tranquilidad el canto de los jilgueros, la proliferación de líquenes en la cuneta o cuánto caracol avanza por las rampas mojadas camino de San Felices.

A la bajada recibimos la llamada del Sera el Llaneador, quien sube para arriba (sólo el Sera sube cuando baja y al revés) en busca del dúo escalador. Sube con el Tiburón de Las Casas, quien merced a la velocidad que imprimía en su ascenso hace que el encuentro sea casi inmediato, justo en la Muga, aunque Sera el Llaneador me hace dudar cuando más abajo me habla de "... cuando nos hemos encontrado en San Felices..." en fin, ya sabéis...

En el querido Aguilar otros compañeros se nos unen, Chirivillas Maravilla y, merece mención aparte, Chorreison S.A.

Hablar de la progresión en todos los aspectos de este caimán de la brea es hablar poco. Su mejora es tan envidiable como incuestionable. Según nos comentaba esta mañana, todo se debe a su pérdida de peso, sin duda ligada a su divorcio del Cava y otros vicios menos confesables. Es increíble su estar encima de la borrica, su pedalear elegante, su figura sin duda más enhiesta fruto de su estilización. En fin, p'a tirárselo vamos.

Ya tenemos ganas de probarlo en terreno verdaderamente abrupto, quizás Valdemadera o Vallaroso donde sin duda dará muestra de su imparable mejoría.

Bueno, todos juntos y en buena armonía hacia casa y hasta la siguiente, para la que os convocaremos convenientemente.

Saludetes desde la cumbre.

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