¡Duro domingo!

Hola a todos, a los que andáis en bici, a los que os puede la pereza y no lo hacéis, a los que lo hacéis a medio gas, a los que lo hacéis intentando poner más gas a vuestras piernas pero la cilindrada os lo impide. Hola a todos.

Este fin de semana traía un día festivo de añadido y algunos lo hemos aprovechado para andar en bicicleta, zanganear un poco, ect, ect,

Este humilde cronista decidió salir la mañana del domingo. ¡Craso error! Como él, decidieron hacerlo Il Gladiatore, el Titán de las Cumbres, el Tres Tres y el Lince del Asfalto.

Hasta ahí todo correcto, sin problema, un día con bastante aire y fresquito que nos obligó a salir más abrigados, lo cual siempre es un coñazo, pero en fin, estamos aún en marzo e invierno.

Pero hete aquí que nos aparece una fiera del pedal al que llamaremos el Depredador de Irurita, conocido en el mundillo ciclista como Iñaki Villoria, quien por circunstancias familiares (se podía haber echado una mujer de Jaén), estaba por Cascante pasando el fin de semana, y se le ocurrió salir a entrenar con los betoncillos y sacarles literalmente los ojos.

Salimos cumpliendo el trazado previsto hacia Valverde y con un ritmo que hace que el Lince se ponga como un tomate, sulfatee continuamente y, finalmente, decida hacer un giro a derecha en la localidad riojana para coger otra ruta y mejor vida, yendo "al encuentro".

Nosotros seguimos hacia la localidad soriana de Agreda. El aire golpea duro de tercio derecho y los relevos al Depredador por parte del Letrado cada vez son más escasos y espaciados, si acaso de educación. El ritmo se torna axfisiante, por encima de 30 km/h con carretera picando hacia arriba y aire molestando intensamente.

El tres Tres hace aguas nada más pasar Valverde y queda como pasto de los buitres, que prefieren obiviamente a hombres como Toño o Tito, pero en fin, es lo que hay. Poco más adelante el Titán, que no se tapa ni con un camión cisterna, pasa a engrosar la lista de damnificados. Il Gladiatore aguanta sufriendo como un perro los repechos posteriores a Valverde, pero la lógica se impone y tras un fallido intento de negociación para aminorar el ritmo, tira la toalla unos kilómetros más delante.

Quedan pues El Depredador de Irurita y el Letrado de La Camerta. Aquel pretende parar el ritmo cuando se da cuenta de que la grupeta se ha roto, pero el Letrado le pide seguir la guerra hasta la rotonda del Alto de Las Cabreras, ya que él ahí se desviaba hacia Vozmediano y nosotros seguíamos hacia Matalebreras.

Maldito el desafío. El Depredador no necesitaba de mis relevos, tampoco podía dárselos, como le decía Chiapucchi al periodosta de la RAI cuando le preguntaron porqué no dió relevos al Gran Miguel Induráin camino de Val de Isere en el Tour del año 94 y el italiano le contestó: ¿relevos?, bastante tengo con seguirlo.

Algó así le sucedía al pobre Letrado, por las justas podía ir a rueda del Depredador de Irurita, y para colmo cuando llega la cuesta debió sacar sus dotes de negociador porque ya con los ojos en las palomillas de la bici y retorciéndose encima del hierro, no podía seguir en la subida al baztanés.

Éste le esperó y subieron juntos. Arriba en la rotonda el Letrado vió la luz y fue feliz cuando el hombre del valle le dijo "No te creas, que yo también voy jodido" Menos mal (pensó). Ahí vió que el norteño era también humano y que se cansaba, aunque el Letrado iba roto. Despide efusiva y alegremente al Depredador y le desea lo mejor, que venda muchas cocinas y que tarde mucho en venir por Cascante, je, je

Espera y reagrupamiento en la rotonda para coger camino de Matalebreras, primero llega Il Gladiatore, que no se vino abajo y no fue cazado por el dueto Titán/Tres Tres, que llegan un par de minutos después.

El tramo hacia Matalebreras fue un infierno de aire. Entramos a relevos pero el camino se hace eterno. El Tres Tres empieza a pagar el esfuerzo, sus relevos nos hacen perder el equilibrio, los betones, más acostumbrados a este ambiente, se desenvuelven con más soltura en la suerte de eolo, eso sí, no sin sufrimiento.

Giramos a Castilruiz después de diez agotadores kilómetros, el Tres Tres emula al Lince y gira hacia San Felices, desviándose de la ruta marcada, quiere ir solo, nos odia, no quiere ni vernos, está roto, las piernas no le responden, echa la culpa al esfuerzo del día anterior en el rato de la siesta, en fin..., el letrado va atando cabos y recuerda que cuando salían de Cintruénigo se encontraron a la todavía esposa del Tres Tres y nos dijo algo así como "no creo que mi marido ande hoy muy fino..." y acertó, porque las mujeres en estas lides se equivocan pocas veces, ¡que digo pocas!, ¡no se equivocan nunca!. Dio en el clavo plenamente.

Subimos la parte trasera de Cigudosa donde el Titán, según me cuenta mi adjunto cronista, sufre de lo lindo para seguir a Il Gladiatore, quien a su vez sufre como nadie (bueno, sí, como el Tiburón), bajando el gran puerto de Cigudosa. Nuevo reagrupamiento, avituallamiento de agua y otra vez a la ruta, duros repechos donde el Titán vuelve a sufrir (la verdad es que está que se sale los martes y jueves cuando sale sólo pero de ahí no pasa), y nos encontramos con toda la banda de Alfaro, los "encontradores" Tres Tres y Lince, ect, ect,.

Juntos que no revueltos encaramos el tramo final de la ruta hasta Cintruénigo, con aire de cara y tirando los de siempre.

Destacar el nuevo equipamiento del Tiburón, parecía una folclórica en crisis, así como la progresión del Gran Jose Mari. En la bajada de Aguilar y sin dar a los pedales pretendía llegar hasta Clunia, sólo el aire se lo impidió. Jamás vi una política de ahorro energético tan excelsa.

En casa a las 13:05 horas, buena mañana, disfrute de bicicleta y 29,4 km/h de media.

Saludetes