Esta mañana una avanzadilla del equipo compuesta por el Pirolín, el Sherpa y El Caimán se han acercado a ver el final de etapa de la carrera de Funes. Nos habían remitido unas fotografías pero incrédulos, pensábamos que se trataba de una broma pesada.
Así que esta tarde una grupeta compuesta por el Tiburón, el Letrado y el Galdiador se han acercado a ver dicho final de etapa. Nada comparable con la más cruda realidad. Una auténtica trampa, una emboscada digna del mejor de los Oestes.
Hemos cursado sendas instancias al ayto de Funes para que antes del día de la carrera demuelan un par de casas que están casi en medio de la calle, también para que la primera rampa, más pared que rampa, sea allanada debidamente. Por último hemos solicitado al Ministerio de Fomento a fin de que anchen la calle un par de metros y asfalten debidamente el piso. Por cierto, cuando os caigáis en la rampa, pensad que es peor llegar a la meta, allí no sabes que hacer, si te paras, te caes al abismo hacia atrás, si sigues, el que pueda, la rampa continúa, osea, un infierno. Cuando cambiéis de piñón en plena subida lo más probable es que se os salga la cadena y dada la pendiente déis con vuestros oeufs (del francés cojones), en la sutil barra horizontal de la cabra, con las consecuencias que ello conlleva.
En fin, hemos cursado escrito a la Cía de Seguro, mi querida esposa me ha dicho que sin una buena cobertura no corro, salvo que me retire 150 metros antes. Mi querida y mi madre me han dicho que ni con seguro me dejan correr...
Ante todo ello que cada uno decida, yo lo tengo muy claro, en mitad de rampa vive una lugareña de buen ver que encima tiene una cochera llena de pimientos, tomates, ect, hoy hemos sembrao, el sábado cosecharemos.
Saludetes.
Opino que si además hay lluvia, tal como anuncian, habría que sopesar cambiar esa ratonera de llegada-.
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